Aura Bonilla, de 25 años, y Camilo Saldarriaga, de 17, tienen características en común: son jóvenes, universitarios, llegaron a Costa Rica acompañados de sus familias y solicitaron la condición de protección internacional, conocida también como refugio.Esa acogida la brindan los países a personas que temen ser perseguidas por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social o por sus opiniones políticas en sus naciones. Justamente por ese temor no quieren o no pueden regresar a su país de origen.
Para recordar a esta población, se celebrará este sábado 20 de junio el Día Mundial del Refugiado. Según las cifras que maneja el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en Costa Rica habitan cerca de 12.000 personas con esta condición.Sin embargo, los datos de Migración y Extranjería indican que hasta el 2007 había 7.888 personas con protección internacional en nuestro territorio.
Con los años, las personas en estatus de refugio pueden optar por la residencia e incluso la nacionalidad.
La diferencia entre las cifras de ACNUR y Migración se deben a que esta última, una vez que otorga la nacionalidad o la residencia, deja de considerar a la persona refugiada. En cambio, el organismo de la ONU considera que ser refugiado no es una categoría migratoria sino una condición legal, pues estas personas aún necesitan protección internacional en ciertos casos, explicó la vocera de ACNUR, Andrea Vázquez.
Escaneo
Cerca del 83% de los refugiados en el país son colombianos, como Aura y Camilo. Las demás personas registradas bajo protección internacional responden a diversas nacionalidades, entre ellas cubana, nicaragüense, peruana y venezolana, entre otras.
Andrea Vázquez, de ACNUR, aseguró que por mes unas 60 personas como ese par de jóvenes solicitan refugio, y afirmó que aunque no hay una base de datos que lo diga, “creemos que esta necesidad de protección es por opinión política, debido a la situación que vive Colombia”.
Nueva vida
El proceso para adaptarse a un nueva nación no resulta sencillo en todos los casos. Aura, estudiante universitaria de Derecho, comentó que para ella obtener la acogida y adaptarse al cambio no fue tan complicado.Cuando su familia decidió venir a Costa Rica y solicitar refugio del núcleo familiar, lo hicieron porque su padre tuvo alguna participación en política colombiana y aprovecharon que él tenía una oferta de trabajo acá.
Aura Bonilla llegó a los 22 años a Costa Rica y tiene tres de residir en el país con protección internacional.
“Hay muchos mitos. La gente piensa que si sos refugiado es porque estuviste prácticamente en el centro de la guerra, o que la ONU y los organismos te pagan todo”, afirmó.
La joven considera que estas ideas equivocadas se deben en parte a que la gente no sabe qué es, o qué significa, ser refugiado, y desconocen las condiciones en que se otorga esta protección.
Aura simplifica la explicación, pues asegura que para ella es similar a vivir como residente en Costa Rica, con los mismos derechos y obligaciones. La única prohibición que tienen es no regresar al país de origen para evitar exponer su integridad.
Tres años atrás, cuando la universitaria llegó a suelo tico, tenía muchas expectativas: “Uno quiere cambiar su vida, pero también piensa que está solo contra el mundo, no conoce a nadie y sabe que está bajo el estatus de refugiado”, comentó.
La estudiante laboró durante un tiempo y ahora se encuentra dedicada a su objetivo de egresarse de Derecho de la Universidad Latina.
Fuente:
www.acnur.org
www.vueltaenu.co.cr
